Familiares y amigos del empresario José María Korta, asesinado por ETA el 8 de agosto de 2000, ratificaron ayer la vigencia de los postulados éticos que defendió el que fuera presidente de la patronal guipuzcoana, Adegi. Su viuda, Marian Zearreta, y sus hijos, Andoitz y Lander, se concentraron en silencio con unos 70 amigos junto al monolito levantado en su recuerdo en Zumaia.
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