Una explosión ocurrida a las 15.15 de ayer en una fábrica pirotécnica ubicada en el municipio de Teror (Gran Canaria) acabó en tragedia para la familia Dávila. Francisco Dávila, de 60 años y propietario de la empresa, y su hijo Pablo, de 36 años, fallecieron como consecuencia de la detonación. Un sobrino del dueño, de 30 años, también sufrió quemaduras en un brazo, pero fue trasladado al Hospital Doctor Negrín, en Las Palmas de Gran Canaria, y está fuera de peligro.
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